Biografía
Nació en Buenos Aires el 14 de abril de 1865 en
un hogar humilde, pero de convicciones firmes, austeras por su condición social
y muy creyentes. Esa formación hogareña lo lleva desde muy temprana edad a
entrar en el Seminario Menor de la Ciudad de Buenos Aires. Esta vocación por
contingencias propias de la condición humana se ven frustradas e ingresa en la
Escuela Normal de donde egresara a los 20 años como Profesor. Se desempeña como
maestro en la vieja escuela primaria que funcionaba en la intersección de las
calles Entre Ríos y Cochabamba, llegando hasta el cargo de director de dicho
establecimiento. Tenía 34 años y como premio a los méritos que había acumulado
en su foja de servicios, el Consejo Nacional de Educación lo premia con la
designación de Inspector Técnico General.
Paralelamente a estas funciones actuó como profesor en colegios nacionales,
industriales y comerciales de la Capital Federal. Fue poeta, pero en lugar de
buscar el camino de la especulación literaria, opto por escribir libros de
textos escolares con los cuales se valía para ensenar a sus propios alumnos.
Entre ellos el que más llego a destacarse por la difusión que tuvo, fue
"El Nene". Tuvo la posibilidad de un buen pasar gracias a sus condiciones
intelectuales, pero prefirió el camino de la simplicidad y con el de la
humildad: predico con el ejemplo y sus puertas siempre estuvieron abiertas al
llamado de los que acudían en procura de una ayuda. En su mesa de pobre siempre
había un plato y una silla para el que la quisiera ocupar.
Andrés Ferreya no recibió remuneración que le permitiera afrontar su futuro con
cierta holgura más que una misérrima jubilación que lo obligo a aceptar una
propuesta del gobierno paraguayo para desempeñar funciones educacionales como
asesor del Ministerio del país hermano. Vivió en Caseros durante la década del
2O y a los 63 años de edad, rodeado del afecto de su núcleo familiar, fallece el
11 de enero de 1928. Como ocurre generalmente, los reconocimientos se producen
después de muerto el protagonista y, aquí no podía ser la excepción.
El 2 de marzo de 1931 se funda una escuela que se ubica en la calle Coronel
Apolinario Figueroa 661, entre las calles Rodriguez, Martín y Rojas
individualizada con el N° 33 hasta el 9 de enero de 1936. A partir del 10 de
enero pasa a serla N0 16 del Consejo Escolar 70; en el frontispicio del
edificio se lee: ANDRES FERREYRA. En "Nuestras Escuelas" apareció el
siguiente artículo: "la muerte de Andrés Ferreyra hace un llamado al magisterio
para honrar la memoria del maestro".
La muerte del profesor Andrés Ferreyra
ha repercutido en todos los círculos docentes del país, "Nuestras
Escuelas", recogiendo la emoción unánime de esos centros, ha lanzado la
idea de levantar un busto en memoria del maestro. A continuación se informa
detalladamente al respecto de esta iniciativa:
"EL magisterio argentino ha perdido una de las figuras más representativas, con la muerte del eminente educador Don Andrés Ferreyra, acaecida en esta Capital. Hombre de vasta cultura y dueño de las virtudes más bellas, Andrés Ferreyra cruzo por la vida sembrando ideas y dando edificantes ejemplos de amor a la humanidad. Menos de veinte años tenía cuando asumió las altas responsabilidades del magisterio, dando pruebas, así en el grado, así en las esferas del gobierno escolar, de una capacidad admirable y de un concepto definido y moderno de la educación".
Fue de los primeros en aprovechar para bien de la escuela argentina las mejores conquistas del pensamiento renovador. Siguió con inteligencia el ritmo de la evolución científica y pedagógica, declarándose ardiente partidario de las nuevas tendencias que culminarían en el repudio de los métodos arcaicos y de los procedimientos rutinarios, para reemplazarlos por otros más en consonancia con el progreso intelectual de la época y de las nuevas normas de la enseñanza en el país.
Y es así corno ofrece su libro de lectura "El Nene", que implico una fundamental innovación en los métodos de enseñanza de esta materia; y es así como tanto en cuestiones de organización técnica o de organización docente, Ferreyra descolló entre los mejores, señalando derroteros precisos que hasta hoy se respetan y se aprovechan, desde el libro, el periódico y la cátedra. En la dirección de las escuelas de Capital Federal, este eximio educador realizo una gestión admirable, cooperando desde su tribuna popular, en la obra de nuestra cultura.
"EL magisterio argentino ha perdido una de las figuras más representativas, con la muerte del eminente educador Don Andrés Ferreyra, acaecida en esta Capital. Hombre de vasta cultura y dueño de las virtudes más bellas, Andrés Ferreyra cruzo por la vida sembrando ideas y dando edificantes ejemplos de amor a la humanidad. Menos de veinte años tenía cuando asumió las altas responsabilidades del magisterio, dando pruebas, así en el grado, así en las esferas del gobierno escolar, de una capacidad admirable y de un concepto definido y moderno de la educación".
Fue de los primeros en aprovechar para bien de la escuela argentina las mejores conquistas del pensamiento renovador. Siguió con inteligencia el ritmo de la evolución científica y pedagógica, declarándose ardiente partidario de las nuevas tendencias que culminarían en el repudio de los métodos arcaicos y de los procedimientos rutinarios, para reemplazarlos por otros más en consonancia con el progreso intelectual de la época y de las nuevas normas de la enseñanza en el país.
Y es así corno ofrece su libro de lectura "El Nene", que implico una fundamental innovación en los métodos de enseñanza de esta materia; y es así como tanto en cuestiones de organización técnica o de organización docente, Ferreyra descolló entre los mejores, señalando derroteros precisos que hasta hoy se respetan y se aprovechan, desde el libro, el periódico y la cátedra. En la dirección de las escuelas de Capital Federal, este eximio educador realizo una gestión admirable, cooperando desde su tribuna popular, en la obra de nuestra cultura.
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